Los lápices acuarelables permanentes nos permiten retocar la pintura con un pincel húmedo para conseguir el efecto del acuarelado pero una vez seco su pincelada es permanente. Son diferentes al los lápices acuarelables convencionales (que sí nos permiten retocar de nuevo la pintura). Un ejemplo de lápices de colores permanentes son los lápices Derwent Inktense.
Los lápices permanentes son lápiceros de colores cuyo trazo, más o menos, se convierte en tinta una vez que los retocamos con un pincel humedecido en agua. Al igual que ocurriría con una tinta, una vez seco, el trazo es permanente. Esto permite utilizarlo sobre tejidos como el algodón. Para retocar los trazos de los lápices permanentes se puede utilizar un pincel convencional humedecido en agua o un pincel con depósito de agua.
Al igual que con cualquier otro lapicero acuarelable con mina soluble, si se va a utilizar mucha agua se recomienda utilizar como soporte un papel para acuarela. La gran ventaja de los lápices permanentes es la posibilidad de hacer dibujos mediante superposición de capas sin que el pintado de la capa superior disuelva la pintura inferior.
¿Qué artistas utilizan lápices acuarelables permanentes?
La artista Beverly Haines utiliza para sus pinturas tanto los lápices permanentes de colores acuarelables como las pastillas Derwent Inktense: una acuarela especial en godet que se pueden superponer en capas sin disolver los estratos inferiores de la pintura. Otra artista que utiliza lápices permanentes es Ivana Prokopovic, nacida en Serbia.